domingo, 1 de noviembre de 2009

el milagro de la barca


Y ahí estaba el pequeño Juan, acuclillado, con sus ojos grandes apuntando hacia el Maestro que estaba acostado, enajenado a todo lo que acontecía, un temblor recorría su cuerpo, pero dentro de él algo le intuía que haría algo. Los segundos se hacían enternos, escuchaba el desespero a su alrededor; todo se iba poniendo peor. Hasta que uno de ellos se voltió hacia el Maestro, con gran desespero le clamó:"¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!" Él les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. El pequeño Juan notó que hasta había olvidado respirar, y se dijo," sabía que lo harías"...